El alumbrado público ofrece varios beneficios, pero también puede tener algunos efectos no deseados. A continuación se muestran algunos efectos de las farolas:
Mayor seguridad y protección: las farolas mejoran la visibilidad durante la noche, lo que facilita a los conductores, ciclistas y peatones circular por las calles de forma segura. También ayudan a disuadir el crimen y hacer que las personas se sientan más seguras.
Aumento del consumo de energía: las farolas consumen electricidad, lo que puede contribuir al cambio climático y aumentar los costos de energía.
Contaminación lumínica: Las farolas pueden provocar contaminación lumínica, que es el brillo del cielo nocturno provocado por la luz artificial. Esto puede interferir con el comportamiento de la vida silvestre, alterar los ecosistemas y afectar la salud humana.
Alteraciones del ritmo circadiano: la exposición a la luz artificial durante la noche puede interferir con el ritmo circadiano natural del cuerpo, provocando problemas de sueño y otros problemas de salud.
Impacto en el comportamiento de la vida silvestre: las farolas pueden alterar el comportamiento de los animales nocturnos, incluidos los patrones de migración, reproducción y alimentación.
Deslumbramiento e incomodidad visual: las farolas mal diseñadas o mal colocadas pueden causar deslumbramiento e incomodidad visual a conductores, peatones y ciclistas.
